Los fabricantes de automóviles plantean expedientes de regulación debido a los paros de producción.
La fabricación de automóviles a nivel mundial se está ralentizando debido a la gran demanda de semiconductores, y a la gran escasez de los mismos. Estos microchips son esenciales para la electrónica de cualquier coche, y la falta de estos componentes hace que muchas empresas fabricantes de coches tengan que reducir su producción, lo que implica paros que afectan a los trabajadores, y obliga a las empresas a plantear expedientes de regulación de empleo (ERTE).
Las empresas españolas fabricantes de automóviles ya cuentan con cifras de ventas un 20% menor que el pasado año, según los datos de la patronal.
Es evidente que la pandemia ha hecho cambiar nuestros hábitos, y hoy en día el teletrabajo y el confinamiento, nos han hecho consumir más tecnología, la cual lleva asociado el consumo de chips de última generación. Por tanto, la demanda supera la oferta y este desequilibrio ha hecho aumentar los precios y disminuir la producción de productos indispensables, amenazando seriamente su recuperación a corto plazo, no previendo una recuperación hasta mediados de 2022.